La dinastía idumea que gobernó Judea bajo Roma
En el período del Nuevo Testamento, la dinastía de Herodes gobernó sobre Judea y las regiones circundantes bajo el dominio del Imperio Romano. Esta familia, encabezada por Herodes el Grande y sus descendientes, desempeñó un papel crucial en el contexto político, social y religioso en el que tuvo lugar la vida y el ministerio de Jesús.
El Reinado de Herodes el Grande
Herodes el Grande, conocido por su ambición y astucia política, fue nombrado rey de Judea por el Senado Romano en el año 37 a.C. Durante su largo reinado, llevó a cabo grandes proyectos de construcción, incluido el Templo de Jerusalén, pero también fue conocido por su tiranía y crueldad, especialmente hacia su propia familia.
Tras la muerte de Herodes el Grande, el territorio fue dividido entre sus hijos y parientes, quienes continuaron gobernando como tetrarcas y gobernadores bajo la autoridad romana. Herodes Antipas, uno de los hijos de Herodes el Grande, gobernó en Galilea y Perea durante el ministerio de Jesús, mientras que otros miembros de la familia ocuparon cargos importantes en la región.
Legado y Significado
El legado de Herodes y su familia en el contexto del Nuevo Testamento es complejo y multifacético. Si bien fueron responsables de importantes obras de construcción y desarrollo, también fueron conocidos por su crueldad y opresión. Su presencia en los relatos evangélicos resalta los desafíos políticos y religiosos que enfrentó Jesús durante su vida terrenal, así como la corrupción y la injusticia que prevalecían en la sociedad de la época.