
Rahab, la valerosa espía que se convirtió al judaísmo
Rahab es una de las heroínas bíblicas más fascinantes. Era una prostituta cananea que ayudó a los espías israelitas a tomar Jericó. Más tarde se convirtió al judaísmo y llegó a ser antepasada de Jesús.
Rahab ayuda a los espías israelitas
Cuando Josué envió espías a Jericó, Rahab los escondió de las autoridades cananeas (Josué 2:1-7). Les contó que los cananeos estaban atemorizados por los israelitas (Josué 2:9-11). Les ayudó a escapar, haciéndoles bajar con una cuerda roja por la ventana (Josué 2:15-21).
«Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido.» (Josué 2:4)
El pacto con los espías
A cambio, los espías juraron que Rahab y su familia serían perdonados cuando Israel conquistara Jericó (Josué 2:12-14). Ella ató la cuerda roja en su ventana como señal para que la perdonaran (Josué 2:18).
Su conversión al judaísmo
Después de la caída de Jericó, Rahab se estableció entre los israelitas y llegó a convertirse al judaísmo (Josué 6:25). Se casó con Salmón, de la tribu de Judá, con quien tuvo un hijo llamado Boaz (Mateo 1:5). Por eso aparece en la genealogía de Jesús (Mateo 1:5).
Una heroína por su fe
Aunque era una prostituta extranjera, la Biblia presenta a Rahab como ejemplo de fe. Acogió a los espías por confiar en el Dios de Israel (Hebreos 11:31; Santiago 2:25). Representa cómo la gracia de Dios puede transformar profundamente a cualquier persona.
Su historia muestra la inclusión radical de extranjeros en la fe judía. Rahab es un poderoso símbolo bíblico de redención, fe y valentía ante la adversidad.