Sara: Matriarca de Israel
Sara fue una de las mujeres más influyentes del Antiguo Testamento. Fue la esposa de Abraham y la matriarca del pueblo de Israel.
A través de Sara, se cumplió la promesa de Dios a Abraham de engendrar una gran nación. Es un ejemplo de fe, aunque también de imperfección humana.
Sara como esposa de Abraham
Según Génesis, Sara era la esposa de Abraham y su media hermana (Génesis 20:12). Cuando Dios llamó a Abraham a dejar su tierra natal, Sara lo acompañó en su viaje (Génesis 12:1-5).
Juntos vivieron en Canaán y Egipto. Sara permaneció fiel a Abraham durante sus viajes y peripecias. Esto la convierte en un símbolo de la compañera ideal.
«Entonces Abram partió, tal como el Señor le había dicho, y Lot fue con él. Y era Abram de setenta y cinco años cuando salió de Harán». Génesis 12:4
La promesa de un hijo
Dios prometió a Abraham incontables descendientes, pero Sara era estéril. Esto probó la paciencia y fe de Abraham y Sara por 25 años.
Finalmente y contra toda esperanza, Sara dio a luz un hijo llamado Isaac cuando tenía 90 años (Génesis 21:1-7). El nacimiento de Isaac cumplió la promesa divine de engendrar una nación a través de Abraham.
Legado de Sara
A través de Sara nació la nación de Israel. Sus principales legados son:
- Madre de Isaac, padre de Jacob y Esaú.
- Antepasada del pueblo judío y de los árabes.
- Símbolo de esposa fiel.
- Ejemplo de fe y paciencia ante la promesa divina.
Sara fue clave como esposa de Abraham y matriarca de Israel. Su vida representa la providencia de Dios para cumplir sus promesas.
Referencias bíblicas
- Génesis 12:1-5 – Dios llama a Abraham y él parte con Sara.
- Génesis 16 – Sara da su sierva Agar a Abraham para tener un hijo.
- Génesis 17:15 – Dios cambia el nombre de Sara de Sarai a Sara.
- Génesis 21:1-7 – Nacimiento de Isaac.