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La Sunamita: Representa de la hospitalidad desinteresada

la sunamita

La Sunamita: La hospitalaria mujer que albergó al profeta Eliseo

La mujer sunamita del Antiguo Testamento destaca por su hospitalidad y fe. Albergó generosamente al profeta Eliseo y luego el profeta resucitó milagrosamente a su hijo fallecido.

La hospitalidad desinteresada

Cuando Eliseo pasaba regularmente por la localidad de Sunem, una mujer prominente lo invitaba insistentemente a comer, sin esperar nada a cambio (2 Reyes 4:8). Era muy hospitalaria.

La recompensa de Eliseo

Agradecido, el profeta Eliseo le ofreció usar su influencia para recompensarla. Ella pidió sencillamente poder tener un hijo, pues era estéril. Eliseo le prometió un hijo en el plazo de un año (2 Reyes 4:14-16).

La muerte del hijo

Tiempo después, cuando el niño ya crecido murió repentinamente, la sunamita buscó a Eliseo con fe de que podría resucitarlo. El profeta se postró sobre el niño orando fervientemente para devolverle la vida (2 Reyes 4:32-35).

Su perseverancia recompensada

La insistente hospitalidad de la sunamita, su fe en Eliseo y su perseverancia para buscarlo aun ante la tragedia, fueron finalmente recompensadas con el regreso a la vida de su amado hijo (2 Reyes 4:36-37).

La sunamita representa las virtudes de la hospitalidad desinteresada y la perseverancia en la fe ante la adversidad. Su nombre queda desconocido, pero su ejemplo perdura.

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