Los hijos de Ananías: Falsos profetas en Babilonia
Los hijos de Ananías fueron dos falsos profetas judíos mencionados en Jeremías 29:21-23 que actuaban entre los exiliados en Babilonia, contradiciendo el mensaje de Jeremías acerca de someterse al cautiverio.
Contexto del exilio judío
Durante el reinado de Sedequías en Judá, muchos fueron llevados cautivos a Babilonia por el rey Nabucodonosor en el año 597 a.C. Entre ellos surgieron falsos profetas como Ananías y Sedecías.
Jeremías les envió una carta exhortándolos a construir casas, plantar huertos y casarse para establecerse durante el largo cautiverio que Dios había decretado, el cual duraría 70 años según sus profecías (Jeremías 29:4-14).
Oposición a las palabras de Jeremías
Pero Ananías y sus hijos Azur y Selemías contradjeron el mensaje de Jeremías, profetizando en Babilonia que el yugo de los caldeos sería roto pronto y el pueblo regresaría en dos años (Jeremías 28:1-4).
Por mentir en el nombre del Señor, Jeremías los condenó a morir a espada y hambre cuando los babilonios sitiaran Jerusalén, cumpliéndose posteriormente (Jeremías 29:20-23).
Advertencia sobre falsos profetas
Los hijos de Ananías ignoraron la palabra de Dios dada por medio de Jeremías y emitieron profecías engañosas que alentaban falsas esperanzas en el pueblo. Su ejemplo advierte contra hacer caso a quienes contradicen el consejo bíblico sembrando ilusiones.