Satanás en la vida de Job
Uno de los pasajes más polémicos en relación a la figura de Satanás en el Antiguo Testamento se encuentra en el libro de Job, donde Satanás tiene una inusual intervención al provocar sufrimientos en la vida del justo Job. Analicemos qué sucede en este intrigante texto:
El relato de Job 1-2
Job 1-2 narra cómo en dos ocasiones los «hijos de Dios» (ángeles) se presentan ante Yahvé y Satanás viene también. Yahvé alaba la piedad de Job, pero Satanás lo acusa de ser fiel solo porque Dios lo ha bendecido.
Entonces Yahvé permite a Satanás quitarle sus bienes y matar a sus hijos para probar la fe de Job. Luego le permite dañar su salud, pero no quitarle la vida. Job sufre terriblemente pero no maldice a Dios.
La figura de Satanás como el adversario
Aquí Satanás no es un demonio, sino «el adversario» (significado de «Satán» en hebreo), cuya función es poner a prueba la fe y devoción humana ante Dios. Actúa sólo con el permiso divino, no por cuenta propia.
No es el Satanás maligno del Nuevo Testamento, sino una suerte de «fiscal celestial» al servicio de Dios. Pero prefigura al futuro diablo tentador.
Interpretación teológica
Este rol controversial de Satanás en Job enseña verdades profundas:
- Dios permite el sufrimiento incluso de sus siervos fieles con un propósito.
- La fe y devoción a Dios deben mantenerse en tiempos de prueba.
- Dios eventualmente reinvindica y restaura a los justos que sufren.
Un inquietante relato que ha generado abundantes reflexiones teológicas sobre el problema del mal.