Los tres jóvenes en el horno: Ejemplo de fe ante la idolatría
El episodio de los tres jóvenes judíos Ananías, Misael y Azarías arrojados a un horno ardiente por negarse a adorar una estatua, y saliendo ilesos de éste, es uno de los relatos más famosos del libro de Daniel.
El contexto del destierro babilónico
Estos jóvenes eran niños de la nobleza judía llevados cautivos a Babilonia. Allí fueron elegidos para servir en la corte del rey Nabucodonosor (Daniel 1:3-7).
El desafío al decreto idolátrico
Cuando el rey ordenó postrarse ante una estatua de oro, solo estos tres jóvenes se rehusaron, fieles a la prohibición judía de la idolatría (Daniel 3:8-12). Fueron amenazados con un horno ardiente.
«Nuestro Dios puede salvarnos»
Ante el rey, declararon: «Si nuestro Dios a quien servimos puede librarnos, él nos librará de la ardiente hoguera» (Daniel 3:17). Prefirieron morir antes que rendirse.
El milagro divino
Arrojados al horno, los tres jóvenes salieron ilesos, y a su lado había un cuarto hombre «semejante a un hijo de los dioses» (Daniel 3:25). El rey reconoció el poder del Dios de ellos y cesó su decreto.
Su historia es un poderoso ejemplo de fe, convicción y compromiso con Dios ante las amenazas y el endiosamiento de los imperios mundanos.