La serpiente tentadora del Edén: ¿Era el demonio bajo forma de reptil?
Uno de los pasajes más enigmáticos que podría implicar una manifestación del demonio en el Antiguo Testamento se encuentra en Génesis 3, cuando una astuta serpiente tienta a Eva a comer del fruto prohibido, ocasionando la caída de la primera pareja. Analicemos qué dice el texto y sus implicaciones.
La serpiente en el relato del Génesis
En Génesis 3 se narra cómo una serpiente persuadió a Eva a comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, contra el mandato divino, diciéndole que no moriría y que sería como Dios. Luego Eva da el fruto a Adán y él también come. Cuando Dios los encuentra, maldice a la serpiente a rastrarse y comer polvo.
La serpiente como encarnación del demonio
Dada la oposición al plan de Dios y las mentiras para tentar a la pareja, muchos teólogos creen que esta serpiente era en realidad Satanás disfrazado que luego causaría la caída de la humanidad. Esto se reafirma en Apocalipsis 20 donde se alude a la serpiente antigua que es el diablo.
Consecuencias teológicas e impicaciones
Sea literal o figurado, este pasaje implica que desde los mismos orígenes el demonio buscó la desobediencia y separación del ser humano respecto a Dios. Representa el inicio del conflicto espiritual entre el bien y el mal que perdura hasta nuestros días.
Un breve pero fundamental episodio que inaugura la historia del pecado, la redención y la acción diabólica que subyace en el mundo según la teología judeocristiana.