La hemorroísa curada por Jesús: Fe y desesperación.
Esta mujer padecía de flujo de sangre desde hacía 12 años. Había gastado todos sus recursos en médicos sin mejoría alguna (Lucas 8:43). Al escuchar de Jesús, se acercó por detrás entre la multitud para tocar su manto.
Al instante la hemorragia se detuvo cuando tocó el manto de Jesús. Cuando Jesús preguntó quién lo había tocado, la mujer se acercó temerosa y se postró ante él confesando todo. Jesús le dijo: «Tu fe te ha salvado».
Lecciones de su historia
La fe y desesperación de esta mujer la llevaron a buscar a Cristo. Su temor reverente y gratitud posterior enseñan lecciones sobre la humildad y el acercamiento a Dios por medio de Cristo.
Legado
Esta mujer anónima representa a muchos que buscan sanidad física y espiritual en Jesús con fe sincera. Su testimonio ha fortalecido la esperanza de otros.
Referencias bíblicas
- Mateo 9:20-22
- Marcos 5:25-34
- Lucas 8:43-48