La mujer adúltera perdonada: Gracia y misericordia de Cristo
Los escribas y fariseos trajeron ante Jesús a una mujer sorprendida en adulterio, buscando una excusa para acusarlo si contravenía la ley de Moisés que mandaba apedrearla (Juan 8:3-5).
Jesús respondió: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Luego se inclinó y escribió en el suelo, tras lo cual todos se fueron retirando (Juan 8:6-8).
Perdón y gracia
Cuando todos se fueron y la mujer quedó sola, Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?» Ella respondió: «Ninguno, Señor». Jesús le dijo: «Ni yo te condeno. Vete, y no peques más» (Juan 8:10-11).
Legado
Esta historia emblemática revela la misericordia de Cristo hacia la pecadora arrepentida. Jesús defendió y perdonó a esta mujer en un acto de infinita gracia, apiadándose de ella.
Referencia bíblicas
- Juan 8:3-11